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domingo, 23 de septiembre de 2012

Capítulo 5



¿Por qué no le responde? Hace más de diez minutos que le mandó el mensaje. Sergio empieza a preocuparse, parece que Julia se ha enfadado de verdad. ¿Qué hace? ¿Le dice algo o espera un poco más? Un pitido que indica que alguien le ha hablado, le saca de sus pensamientos. Abre la ventanita del Tuenti ilusionado, pero… Falsa alarma, solo es Marcos.
-Ey, tío. Qué tal? Está la piva esa conectada?
Joder, ahora resulta que a su amigo le interesa Julia. En qué momento se le ocurrió hablar de ella. Responde como si no le afectase su pregunta:
-Que pasa Marcos. Muy bien, y tú? Dices Julia?
-Yo bien también. Pues claro que digo Julia, quién va a ser sino?
-Pues sí que está conectada, pero no responde, por?
-La he mandado una petición de amistad y no me acepta. Te dije que si no ibas tú a por ella, me lanzaba yo.
-Pues mucha suerte, chaval. Pero si no te acepta creo que no vas por buen camino.
Ambos bromean durante un rato hasta que finalmente Marcos se despide. Julia sigue sin responder. Ya han pasado cuarenta minutos. Es hora de mandarle otro mensaje. Sergio no sabe muy bien cómo empezar, pero las palabras salen solas:
“Julia, no sé si no me respondes porque no estás o porque realmente te has enfadado. Te pido perdón si he hecho o dicho algo que te haya molestado, no era mi intención, en serio. A lo mejor he sido un poco borde, pero no me lo tengas en cuenta. Hoy ha sido un día duro para mí. Por favor, responde.”
Un par de caritas sonrientes y mensaje enviado. Sergio está nervioso. Aquella chica de ojos oscuros realmente le importa. No sale de su cabeza. Marcos es el culpable, ha conseguido comerle el coco.
Una imagen pasa por su cabeza. Año 2002. Primer día de preescolar. Sergio llega al colegio de la mano de su madre. No llora, no ríe, está algo asustado. Realmente no sabe a dónde va. Caminan hasta un patio verde lleno de niños. Allí, su madre le da un beso en la mejilla y se despide de él. Una mujer rubia de unos cuarenta años, le coge de la mano y le sitúa en la fila para subir a clase. Sergio observa cómo los niños van llegando. De repente, una niña morena le llama la atención. Está llorando. Su madre le dice algo al oído y le da un cariñoso abrazo. La niña, un poco más calmada, se coloca detrás de él. Sergio se da la vuelta para poder verla de cerca. Lleva el pelo recogido en una coleta con una goma de Hello Kitty, y debajo de todas esas lágrimas, pueden divisarse unos preciosos ojos marrones.
-Hola, soy Sergio.
La niña lo mira sorprendida. Aquel chico luce una preciosa sonrisa. ¿Es que no echa de menos a sus padres? Finalmente, responde:
-Hola, yo me llamo Julia.
-¿Y por qué lloras?
-Echo de menos a mi mamá. No quiero separarme de ella.
-¿Quieres ser mi amiga? Así no estarás sola.
-Vale.- dice la niña mostrando su primera sonrisa desde que entró por la puerta.
-Yo cuidaré de ti como hace tu mamá.
Los dos niños sonríen y se dan la mano. Es hora de subir a clase.
Hay que ver cómo han cambiado las cosas. Entonces eran inseparables, pero sus caminos se fueron separando poco a poco. Él se convirtió en el líder del grupo de chicos que jugaba al fútbol; y ella se volcó en los estudios, era toda una cerebrito, pero los fines de semana se transformaba, salía a la calle con sus amigas y era una persona completamente distinta. Ahora, hablan mucho, pero ya nada es como antes.

4 comentarios:

  1. oooh, que tiernos *_*!!
    Cada vez tu novela me va gustando más y más. :)
    Espero que tengas mucha suerte y tu proyecto lo lea mucha gente :)
    Abrazos!!

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    1. Muchas graciaas... No subo muchos capitulos porque estoy liada con el instituto y taal, pero yo sigo escribiendo :)
      Espero que mis seguidores suban poco a poco
      Un beso :)

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  2. Me encanta, espero con ansia el próximo capítulo

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    1. Muchas graciaas :)
      Mañana subire el siguiente capitulo :
      Un besoo <3

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