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sábado, 6 de octubre de 2012

Capítulo 8



Tras cuarenta interminables minutos, la directora finaliza su discurso. El jefe de estudios comienza a nombrar uno por uno a todos los alumnos del centro. Esto será corto. Sergio está en primero B, de modo que le nombrarán pronto. Todos los alumnos de primero A salen del salón. Ahora le toca a su clase. Uno a uno, sus compañeros de clase van saliendo. “Martínez, Julia”, la chica escucha su nombre, pero permanece sentada. El jefe de estudios no se da cuenta y sigue leyendo. Pero hay alguien que si se ha percatado de su indiferencia, Sergio. ¿Por qué no se levanta? La han nombrado, se supone que tiene que salir del salón, ¿no? ¡Qué raro! Por fin llega su turno: “Sánchez, Sergio”. El chico se levanta y camina por el pasillo central. Al llegar a la butaca de Julia, se detiene.
-Julia, vamos. Te han nombrado hace un rato.
-Ya lo sé.
-¿Y por qué no sales del salón?
-No lo sé, ¿a quién le importa? Nadie se ha dado cuenta.- Julia está triste. No tiene ninguna expresión facial, pero ese brillo en los ojos la delata. Sergio no se da por vencido:
-Sí, yo me he dado cuenta. Vamos, tenemos que subir a clase.- y sin dejar que Julia pronuncie una sola palabra, la coge del brazo y tira de ella hacia el pasillo. La chica no se resiste, Sergio vuelve a preocuparse por ella. Es increíble. Caminan hasta la salida y, una vez allí, Sergio se dispone a hablar:
-Julia, ¿qué te pasa? Tú eres una chica alegre, nunca estás triste. Es el primer día de instituto, ya sé que nos costará adaptarnos y eso, pero no es motivo para estar triste. Mira, siento mucho lo de ayer, sé que estuve demasiado borde, pero no era mi intención, en serio. Te hablé al Tuenti, te mandé un mensaje disculpándome pero no respondiste. Somos amigos desde siempre, ¿te acuerdas de nuestra promesa? Un día como hoy, hace nueve años. Tú estabas triste porque empezábamos el colegio, pero yo te dije: “Tranquila, yo cuidaré de ti como hace tu mamá”. Pues aquí estoy, intentando que sonrías, intentando cumplir mi promesa. Porque yo, cuando prometo algo, lo cumplo. Y más si es por alguien que me importa.
Julia no puede creer lo que acaba de presenciar. Sergio se está disculpando. Sergio se acuerda de aquella promesa, aquella promesa que estaba olvidada, guardada en algún pequeño cajón. Sergio ha dicho que ella es importante para él. Ya está, no puede estar triste más tiempo, su amigo ha conseguido alegrarle el día. La chica deja de prestarle atención y simplemente le abraza. Le abraza como nunca lo ha hecho, apoya la cabeza en su pecho y cierra los ojos. El chico sonríe y la rodea por la cintura. Sigue siendo su chica, no la ha perdido. Permanecen unidos un largo rato hasta que…
-Ejem, siento interrumpir, parejita. Pero hay que subir a clase.
Julia se gira, les han pillado ¡qué vergüenza! Un momento, ese chico le resulta familiar. Ese pelo, esos ojos… Genial. Es el imbécil de Marcos. Cada día le odia más, ¿quién se ha creído para interrumpir el mejor abrazo de su vida? Le mira con odio, se despide de Sergio y sube las escaleras con sus dos mejores amigos.
-Joder, Sergio. ¿Pero no decías que no te interesaba? A ver si te aclaras de una vez, macho.
-Y no me interesa, es mi amiga. Solo eso. Julia estaba mal y yo la he ayudado.
-Ya claro, ¿y ese abrazo con sonrisa de enamorados qué era? ¿Imaginaciones mías o qué?
Mierda. Se le ha notado demasiado. Marcos es un bocazas. Siempre tan inoportuno. Sergio se enfada, si su amigo no hubiese aparecido…
-Marcos tío. Piensa lo que te dé la gana. No me interesa Julia. Por mí como si te la tiras. Deja el tema ya, ¿no?
-Vale, vale. Tampoco hay que ponerse así.
-Lo siento, tío. Es que estás muy pesado.
-Tranquilo, no pasa nada. Venga, vamos a clase. Que sino llegaremos tarde.
Y los dos amigos comienzan a subir las escaleras.

2 comentarios:

  1. Tremendoooo Julia odia a Marcos. Sergio la adora pero lo niega... creo que ya soy adicta a tu novelaa

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  2. Jajajajja sii? Te gustaa?? Muchas graciaas :)

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